El calor es mal amigo de algunos alimentos. La manipulación de los alimentos en verano requiere según los expertos cuidados adicionales.
Son consejos muy sencillos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en una campaña que desde hace años, persigue incrrementar la seguridad en la manipulación de los alimentos, a efectos de evitar el peligro de bacterias que en verano incrementan el riesgo para nuestra salud.
1. Higiene exhaustiva. Una higiene más exhaustiva de lo normal en el ámbito de la cocina y los propios alimentos. Si esta ya de por sí es muy aconsejable durante todo el año, el verano conviene extremar la precaución con el lavado de las manos muy frecuentemente, las superficies de la cocina, las tablas de cortar, utensilios... con agua caliente y jabón una vez que se hayan manipulado carnes crudas, aves, y mariscos, y antes de comenzar con los siguientes productos alimenticios.
2. La contaminación cruzada. Hay que evitar lo que se denomina "la contaminación cruzada". Es recomendable separar carnes, aves, y mariscos crudos de otros alimentos perecederos listos para el consumo. Utilizar una tabla o utensilio de cortar diferente para las carnes, aves, y mariscos crudos, y otra para los alimentos listos para el consumo y recuerde que deben ser lavados tras su utilización. Algunos olvidan la necesidad de lavarse las manos antes y después de la manipulación de cada alimento. Recuerde la necesidad de utilizar platos limpios para las carnes, aves, o mariscos cocinados.
3. Temperatura. Cocinar a temperatura adecuada. Usar un termómetro limpio para medir la temperatura interna de los alimentos cocidos. La carne molida debe ser cocida a una temperatura de al menos 70 º C, para asegurarse utilice un termómetro para carnes. Los filetes deben cocinarse al menos a 65º C, un pollo entero a 82ºC , y pechugas y muslos de pollo a 76 º C
4. Refrigerar los alimentos perecederos rápidamente. Se deben refrigerar o congelar los productos perecederos, alimentos precocidos, y sobrantes en un período de dos horas.
5. Descongelar los alimentos en el refrigerador, bajo agua fría que esté corriendo, o en un miroondas