Estás de vacaciones en la playa, tu programa diario: tostarte al sol y algún que otro chapuzón en el mar… El mejor momento del día: cuando vuelves de la playa, más morena y un poquito quemada si te has despistado con la crema. Te encierras en el cuarto de baño y sales guapísima y ¡dispuesta a lucir moreno esta noche!
¿Cómo? Gracias a nuestro programa de choque en cuatro tiempos:
Primera etapa: limpiar la piel | |
¿Te sientes pegajosa después de la playa? Lo primero es la limpieza, teniendo en cuenta la sensibilidad de la epidermis después de una exposición al sol.
Lavar
Para limpiar los restos de arena, sal y crema solar, lávate la cara con un gel muy suave que tenga un pH neutro, sin jabón y sin perfume. El gel debe respetar el equilibrio hidrolípico de la piel (= la dosis de hidratación), que a menudo se altera con el sol. Evita por tanto limpiadores abrasivos que resecan la piel y pueden hacer que tu piel esté tirante.
Segunda etapa: suavizar la piel | |
¿Sientes tu piel quemada, tirante y una gran sensación de calor? Necesita cuidados adaptados para reparar los daños ocasionados por el sol y recuperar su buen aspecto.
Indispensable: el after sun
Cuando la piel está enrojecida, caliente, y sensible debido al sol, la clásica crema hidratante no es suficiente. Debes optar por un alter sun que calme las quemaduras, nutra la piel y refresque.
> A tener en cuenta: aunque no tengas la impresión de haberte quemado, utiliza de todos modos una crema para después del sol a diario cuando tomes el sol porque ayuda a preservar el capital celular reestructurando los tejidos y reduciendo las arruguitas
Tercera etapa: realzar el bronceado |
Ahora que tu piel está bien limpia e hidratada, puedes realzar tu bronceado con algunos trucos...
Nutre tu cuerpoEl sol "bebe” el agua de nuestro cuerpo. Resultado: una piel reseca sobre las piernas y la piel pela en cuando pasan unos días. Para evitarlo, nutre todo lo posible tu piel para que el bronceado perdure y las células de melanina continúen activas. Aplica aceites de Monoï, con nácares ultrafinos, para lucir una piel satinada.
> Un buen truco: elige aceites en versión "seca", muy nutritivas pero menos pegajosas.
Cuarta etapa: un maquillaje luminoso |
Ahora que ya tienes una piel suave como la de un bebé y un precioso bronceado, resalta tu rostro con un maquillaje luminoso.
La tez
Si ya has aplicado polvos de sol no es necesario añadir más. Unos toques de iluminador sobre los pómulos son suficientes para resaltar tu bronceado.
La tez
Si ya has aplicado polvos de sol no es necesario añadir más. Unos toques de iluminador sobre los pómulos son suficientes para resaltar tu bronceado.
> Un buen truco: para contrarestar la transpiración, lleva en el bolso hojas de papel matificante para los retoques antibrillos cuando salgas de noche. Pásalas sobre la zona T, para absorber el sebum.
Los labios¡Un maquillaje muy suave ! Bálsamo hidratante, brillante natural o un gloss pastel son las mejores opciones. Olvídate de las barras de labios de larga duración que utilizas el resto del año. Los labios sufren con el sol y necesitan nutrición
Un buen truco: Aplica tu bálsamo labial bajo el gloss.
Los ojos
> Elige una máscara de pestañas waterproof, el aire es húmedo al borde del mar y se transpira más.
> Para la sombra de ojos, elige los colores en función del color de tu piel y de tu bronceado:
- Si tu piel es clara y tiene un bronceado rosado, puedes jugar con los colores naturales. Bronce, dorado; marrón, te irán muy bien a condición que las sombras sean irisadas.
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